jueves, 17 de diciembre de 2009

Molestias

Odio sentir esa turbulencia en el cerebro que me hace sobreestimar todo lo que me rodea, como si fuera que no puedo controlar mi cerebro y temo que se vaya en busca de eso que ni él ni yo sabemos qué es.
De los nervios me comienza a temblar el dedo índice de la mano izquierda y se me escapa un tipeo doble, el ojo, izquierdo también, se me desvía como si él quisiera guiar mi mirada en busca de la calma, y mi pulso se vuelve casi normal, evadiendo el soplo y la arritmia. Se contrarrestan los sentidos, y se confunden las sensaciones.
Suelo sufrir una especie de convulsión interna que hace que mi nariz sangre, al igual que mis poros. Mi cara se baña en sangre y mi ojo se resiste a parpadear y cerrarse. Pareciera que disfruta llenarse de sangre también.
Si se quiere, hasta podría decirse que tiene poder sobre mí, hay veces que debo tener serias charlas con él para que por fin me deje mirar en la dirección que deseo. Para caminar también me molesta ...
Mi ojo izquierdo es más terco que yo, y eso me aterra.
Aún así nunca pensé en ir a un especialista para solucionar nuestras diferencias. No soportaría la idea de saber que podrían llegar a querer sacármelo, ¿qué seria yo sin mi ojo izquierdo?
Cuando está aburrido, como todo niño, se pone fastidioso y empieza a inventarse juegos en los que él es el único que puede participar. Nunca me invita a jugar. Creo que solo lo hace para molestarme, aunque no creo ... Yo también hice esas cosas de pequeña, solía inventarme juegos y no dejar que nadie mas sea parte de ellos, pero, a veces creo que el objetivo de sus juegos es perturbarme y arremolinarme el pensamiento confundiendo mis acciones con alucinaciones o tal vez, falta de movimiento.
En este mismo momento me obliga a desviar la mirada y prohibirme que continúe con el relato de su existencia, pero creo que es tan solo un juego más. No creo que mi ojo tenga maldad, aunque tiene actitudes que todavía no me convencen. Hay noches en las que el sueño no me viene a buscar y él tampoco hace lo posible por atraerlo. Pero creo que es porque somos diferentes, y es por eso que no es para nada raro verme en mi cama desplazándome de un extremo al otro murmurando palabras que no comprenderías.
Es que, como parte de uno de sus juegos, ha decidido inventarse un idioma, el cual me enseñó, pero no me brindo la información necesaria como para entender todo lo que él desea expresar. No enseñarme todo acerca de ese idioma tal vez sea un juego más, o el reflejo de la dificultad que para él representa expresarse. No estoy segura, pero al menos me ha dejado ser parte de uno de sus juegos. Y aunque todavía dudo de muchas de sus decisiones, creo que en el fondo es un incomprendido más, y que lo único que puedo hacer por él es consolarlo y brindarle afecto desde mi lugar en su mundo. Creo que jamás llegaré a abrazarlo ni menos besarlo, ya que parece estar cómodo ahí donde nació y jamás lo escuche quejarse acerca de su hogar. Creo que, mas allá de todo, se siente bien, y lo respeto tal cual es. Con sus llantos, con sus juegos, sus risas, hasta con su espíritu manipulador.
Pero en realidad, nada de esto me preocupa. Ni llenarme de sangre y luego sentir como se seca en mi cuerpo para luego raspar un poco y que se salga, ni el mal comportamiento de mi dedo índice, ni la relación extraña que tengo con mi ojo izquierdo.
Lo que en realidad me perturba es esa sensación que tengo dentro de mi boca cada vez que me agarra este estado de confusión y nerviosismo de alto voltaje.
Ese sentimiento de tristeza y agonía que me produce sentir que mis dientes aumentan su tamaño y se ponen en campaña para huir de mi ... Como si yo pudiera vivir sin ellos, como si pudiera soportar terrible perdida ... ¿Acaso no se dan cuenta que lo son todo para mi ? ¿Tan enorme es su orgullo que no comprenden la dependencia que han creado en mí?
Tarde o temprano se que la molestia que me generan me superará y terminaran logrando que yo me encargue de la situación, tome mi pinza y los libere... Pff, sufriré tanto, tanto sufriré.
Tanto.
Tanto.

7 de Febrero de 2008.

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