jueves, 17 de diciembre de 2009

La madre

Hay noches en las que saco un colchón, el que está de más y es para los amigos, y lo tiro al piso y duermo en él. Porque mi cama, en esas veces, está cubierta, abarrotada de osas, cosas como recuerdos y roces que no me molestan pero al ir a dormir me abruman. También hay besos y besitos, manchas de fluidos, bocas rojas, babas y la boca dormida por sexo oral after coca. Risas y lágrimas a montones, para batallón, guitarras, maullidos de gatitos bebes y de grandes también. Serpentina y piñata, adoquines y tanguitos y muchisisimas poesías, cuentos y novelas, de hace poco, de hace mucho, todo de la nena que fui. Todo eso ahí, apilado. Y mi madre se enoja, me pisa la cabeza al verme recostada ahí en el piso. Es que ella no es como yo; ella no ve el pasado ni los recuerdos que este deja. Ella vive el pasado.

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