Y de a poco vas entendiendo nada. Y de a mucho son todo lo uno que falta para el poco. ¡Enorme! [...]¿te acordás? ¿te acordás como me cargabas porque decías que era ninfo? ¡Enorme! Aquí no hay cubo al cual introducir mi cuerpo y bajar a la noche, aquí tenemos el hogar a leña. Ya no te tengo en mi pieza para que en invierno me acaricies hasta que amanezca y yo te diga ‘dale, vamos a dormir’, porque al día siguiente tengo que ir a la fiesta de cumpleaños de un familiar. Pero no me importa. No importa.
Hoy soy la cuerda rota del mástil, del mango, de la parte larga, hoy soy el bombo con parche roto. ¿me entendés? Ya nadie me toca. Solo el vasito que me da besitos. Y soy de esas que se quedan mirando a la bebida chorrear y a los hielos hacer ‘crack’.
‘Me comi el cuchillo, y el cuchillo ganó’. Que en paz descance él. [...]y vos también.
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Hace 16 años

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